Se barruntan cambios, otro orden,
la nueva celebración se insinúa.
El sol ya perdió su rigor, mudó,
se tornó sutil y manso, bruñido en oro.
La lluvia y el sol se enlazan mansos
falseando las luces, irisando el aire.
Agua, sol y viento coincidiendo,
afiladas gotas tintinean en la cara.
Bullir de hojas en el aire, inicial danza,
cabriolas y piruetas en ventolera.
Primicia de colores bajo la neblina,
vaporosas tonalidades de brillo húmedo.
Las copas se afanan en cambiar su túnica,
desnudarse al viento, enrojecer.
Torna la tarde a la calma, gran silencio,
las quietas hojas lucen espejos.
Mutismo al unísono, compromiso
de secretas alianzas ancestrales.
El melancólico canto del búho,
que pellizca el alma, adelanta su hora.
asolando al mundo fatalmente.